A partir de ese relato, tanto la Iglesia Católica como el vulgo en general han ido elaborando una historia sobre los hechos y la personalidad de estas tres figuras (que en algunas culturas son sólo dos, cuatro, o hasta doce). Se supone que terminaron definiéndose tres personajes al hacerlos corresponder con las tres ofrendas, y también con los tres continentes conocidos entonces: Europa, Asia y África; lo que también nos explica que uno de ellos sea de raza negra.
La tradición cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella que los condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y lo adoraron, ofreciendo oro, incienso y mirra. Antes de llegar, en la ciudad de Jerusalén, encontraron al rey Herodes I el Grande, quien astutamente los conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño. La historia en el evangelio según san Mateo sigue contando cómo un ángel se apareció a los magos y los advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo de Herodes.
Con el tiempo, en España y en otros países de tradición católica, se adoptó la costumbre de celebrar al mismo tiempo el día de la Epifanía (el 6 de enero) con la festividad de los Reyes Magos, conjugándose así la manifestación de Jesús al mundo no judío con la fiesta de estos personajes que representaban justamente ese mundo de gentiles. Poco a poco el vulgo fue olvidando el significado verdadero de la palabra epifanía y la convirtió en un sinónimo de adoración de los Magos.
La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la izquierda está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Melchor, Gaspar, Baltasar…
I.Y.P.
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